miércoles, 18 de marzo de 2009

NATSUME SOSEKI


KOKORO

¿Cuánto poder tiene un secreto? Segura estoy que todos escondemos por lo menos uno. Y que por muy pequeño que parezca a los ojos de otros, para nosotros es tan grande que a veces su peso nos ahoga.

Nuestro personaje principal también guarda un secreto. Pero no de esos secretos que ahogan sino de los que matan; o mejor dicho que tienen el poder de convencerte de hacerlo tu mismo.

Nuestra historia comienza con un joven que va de paseo a la playa y se encuentra con una persona que es el ejemplo mismo del misántropo (persona que desprecia sus semejantes), apartado y reacio a la compañía de otros. Y por muy absurdo que parezca le interesa conocerlo, e insiste en acercarse y formar amistad con el.

Siendo tanta la insistencia, el otro acepta y se presenta como maestro universitario. Lo cual interesa al joven ya que esta próximo a escoger universidad y entrar no es sencillo. Durante un año mantienen contacto por carta y durante ese tiempo, el joven visita un par de veces al maestro para conocer a su esposa. Para darse cuenta con tristeza que ni siquiera la esposa escapaba a la frialdad de su trato.

Sin embargo, hay algo que tampoco escapa a la vista de nadie. Y es que el maestro tiene un problema grave, ya que la misantropía denota un grado severo de amargura e infelicidad en las personas. El desprecio a nuestros semejantes nos sitúa por encima de ellos olvidando que somos infinitamente distintos, no mejores. Sin pasar por alto que obviamente no son felices, pues quien no es feliz, no puede hacer feliz a otros.

Ahora bien, ¿qué provoca amargura e infelicidad en el maestro? ¿Qué tan grande puede ser su secreto para lastimarlo tanto? ¿Será el cargar en la conciencia con la muerte de alguien justificación suficiente?

No platicaré más del libro por temor a arruinar el final, aunque para quienes “leen entre líneas” ya es muy tarde. Solo resta comentar que éste es uno de los libros mas famosos de la literatura Nipona, siendo obra de uno de los mejores escritores de Japón, pues incluso uno de los billetes nacionales tienen su imagen. Y quienes lean alguna de sus obras, nos darán la razón.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario